Fachadas

"Cuéntame tus más íntimos secretos, aquellos guardados en tus memorias."

Si las paredes hablaran... me repito cada que recorro los lugares que guardan muchos de mis secretos, algunos ya inservibles, otros llenos de nostalgia y no faltan aquellos que sus voces mas allá de ser melodías son cicatrices que quisiera poder borrar. Tal vez esa pequeña frase es la causante de que me sienta hipnotizada por los edificios viejos.

Si mi recorrido incluye pasar por viejas fachadas de casas y edificios que incluso parecen abandonados, me doy el lujo de salir con tiempo de anticipación para poder admirar su arquitectura, el diseño y las marcas que el tiempo a dejado en cada ladrillo, me detengo y trato de imaginar la cantidad de historias que guardan...

Tal vez por eso sentí que un vacío se abría en mi pecho cuando vi frente a mi lo que yo llamaría la nada, aquel hueco vacío entre dos edificios que a pesar que su ausencia gritaba podía notar un fantasma alzándose. Justo ahí, en plena avenida principal, un edificio se elevaba a lo alto, gris, apagado y al otro extremo del vacío uno más pequeño... separados por aquel fantasma, oía su lamento mientras los demás en su rutina lo ignoraban. Presté atención, olvidando que llegaba tarde, y noté el dolor de los otros dos que aguantaban al mantenerse de pie, ellos también le lloraban su ausencia, le recriminaban el haber partido antes que ellos y detestaban la idea de que no les permitieran caer.

Siempre creí que se necesitaban paredes para poder guardar un secreto, pero aquella tarde entendí que las huellas quedan incluso si las paredes ya han sido derrumbadas.

Moonverti